sábado, 13 de agosto de 2011

2011-04-29 A MODO DE RESUMEN

Escribo estas líneas observando cómo una semana después ha vuelto a llover, y éste ha sido, a juicio de todos, el elemento definidor de la reciente Semana de Pasión, elemento para el cual, empero, no se ha inventado hasta la fecha poción mágica alguna que nos permita dominar a nuestro antojo las veleidades del clima, quedando por tanto a la voluntad de Él la posibilidad de que podamos o no honrarle en las calles cacerenses. Sin embargo, no debemos olvidar que son muchas las formas de honrarle y predicar su Mensaje, ésta semana, y la siguiente, y la siguiente, pero aunque es cierto (y desde estas líneas se ha insistido en ello en alguna otra ocasión) que hay que hacer profesión de Fe todo el año, y que los actos y nuestra propia actitud cofrade deben permanecer activos en el calendario sea cual sea el color del día o la posición del mes en el zodíaco solar, soy de los que piensa que la Semana Santa es algo especial, y que su ausencia en las calles, aunque sea parcial, nos deja un pequeño vacío, un sabor extraño que sólo puede ser endulzado de alguna manera con la esperanza de que pronto llegue la del año próximo.

Pocas son las conclusiones que pueden sacarse de los actos que no se han celebrado, salvo el buen criterio -a mi juicio- demostrado con la prudencia. Yo particularmente soy partidario de que si no está lloviendo en el momento de la salida y las previsiones son razonables, se debe salir, aún sin perjuicio de tener un “plan B” por si acaso, pero en los casos que hemos conocido y vivido no había esperanza razonable y se ha hecho lo correcto casi sin excepción.

Por otra parte, de las Hermandades que sí han podido procesionar destacaría algunas cosas:

  •  Batallas: a mi juicio, una de las beneficiadas por la climatología para compensar los continuos sinsabores que se han sufrido de forma reiterada. No puedo esconder mi profunda alma “batallera” y mi predilección por esta Cofradía. Se ha dado la circunstancia de que por una parte se ha hecho un recorrido bastante ejemplar el Lunes, y mis noticias son que la Salud también lo ha hecho… el tiempo va a corroborar, al parecer y afortunadamente, la idea de que estas dos procesiones, en sus estilos radicalmente distintos, no van a “hacerse la competencia”, sino a complementarse de forma muy interesante, llenando la noche de gente por las calles en busca de ese contraste que enriquece sin mermar al “contrario”; además, el buen ambiente entre las respectivas Directivas -que pude comprobar- me llenó de satisfacción, y creo de verdad que aquí puede haber un foco de atención y atracción muy importante para el futuro, toda vez que, además, ya se han desterrado definitivamente las absurdas e injustas acusaciones de unos cuantos en cuanto a la más veterana de las dos, aunque aún quede por ahí algún iluminado o resentido al cual no puedo de ninguna forma comprender, aunque sí respeto. Por otra parte, el Sábado Santo vi en la calle más gente que nunca, gente anhelante de procesión, de rito, de silencio… es éste un recorrido silencioso, casi intimista, un pequeño homenaje para nosotros mismos que espero se difunda cada vez más entre propios y extraños y que corona la noche de vísperas con una recogida (casi, casi como la salida del lunes) realmente emotiva, digna de respirarse, de disfrutar y vivir.

  • Nazareno. Una lástima lo del Viernes, sobre todo porque hubiera sido una bonita despedida al actual Mayordomo. Este año he visto los pasos con una decoración más exquisita que casi ningún otro, pero como no me gusta irme de vacío, y aún con la tristeza del momento, intenté disfrutar cada segundo de la inmensidad de sentimientos que nos pueden llegar a coronar esos minutos de olor a flores por la mañana, y esos minutos de tensión, de ebullición, de recuerdos de muchos años, de mezcla entre el sinsabor del “no ha podido ser” y la satisfacción del “estoy cada vez mayor, pero he estado aquí para vivirlo” que disfruté en la madrugada. En cuando al domingo, y respetando absolutamente las decisiones ajenas (jamás criticaré una decisión de nadie que la tome, porque lo he sufrido en mis carnes y sé el trabajo que hay detrás de cincuenta semanas de espera), pienso como muchos que el recorrido es un poco largo, y que podría disfrutarse tanto o más con otra orientación, itinerario y programación. Queda la inmensa expectativa de las elecciones futuras, no es cualquier cosa (como sucede igualmente con el Cristo Negro), y espero y deseo que sea cual sea el candidato ganador, tenga la fuerza, ventura, apoyos y suerte necesarios para impulsar el rumbo y velocidad de la Cofradía, corrigiendo las pequeñas cuestiones que, como en todas las familias, podrían ser mejoradas.
  • Jesús Condenado. Si, si, la nueva, la Hermandad Universitaria de Jesús Condenado. Creo que promete, porque no es un proyecto, sino ya una realidad. Existen suficientes indicios de que puede ser muy atractiva, suficientemente diferenciada del Cristo Negro para evitar suspicacias, distinta… he comprobado “run, run…” en los hermanos, y creo que puede conseguir su objetivo si se hacen las cosas bien.
Próximamente continuaré con algún comentario más sobre otras Hermandades. Saludos Cofrades.

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